- La doctora en arquitectura Zaida Muxí hace un repaso del aporte de las mujeres en la arquitectura y el urbanismo.
- Vino a Córdoba a participar del III Seminario Taller “Mujeres y ciudades [In] Justicias Territoriales que se realizó a mediados de abril.
- También presentó su libro “Mujeres, Casas y Ciudades, más allá del umbral”.
“Mujeres, Casas y Ciudades, más allá del umbral” es el libro que Zaida Muxí, doctora en arquitectura y argentina que vive en Barcelona vino a presentar a Córdoba la semana pasada y que busca visibilizar el aporte de las mujeres en la historia de la arquitectura.
Los estudios de urbanismo con perspectiva de género analizan y reflexionan las formas de habitar las ciudades y los hogares de las mujeres y a su vez demandan políticas públicas en este sentido. Los grandes ejes temáticos son la inseguridad de los espacios públicos, las diferencias de usar el transporte entre hombres y mujeres y la falta de proximidad a los equipamientos y servicios.
La Voz dialogó con la especialista que fue oradora del III Seminario Taller “Mujeres y ciudades [In] Justicias Territoriales” organizado por el Centro de Intercambio y Servicios para el Cono Sur Argentina (Ciscsa), en cuanto a los aportes históricos de las mujeres en el urbanismo y sobre los desafíos que se plantean a las ciudades argentinas. Por su parte, Ana Falú, directora de Ciscsa, hace su aporte sobre la ciudad de Córdoba específicamente.
-En tu libro hacés una revisión sobre los aportes de las mujeres a la historia de la arquitectura y el urbanismo, ¿cuáles fueron algunos de esos aportes que quedaron ocultos?
-Muxí: Mi libro busca revisar y reescribir la historia de la arquitectura hasta los años ’80 con el aporte de las mujeres desde el hacer arquitectónico, aunque muchas de ellas no hayan sido arquitectas, aportaban desde su experiencia de transitar y habitar los territorios. Estos aportes en general están invisibilidades en la historia. Uno de estos aportes fue el de las mujeres del siglo XIX que trabajaron para mejorar los barrios obreros, tanto desde el espacio público como en las condiciones de la vivienda: ellas propusieron mejoras porque trabajaban con la gente que habitaba esos barrios, los hacían partícipe.
-¿Cuáles son los ejes centrales del urbanismo con perspectiva de género?
-Muxí: Uno de ellos es cómo habita el hogar: las mujeres son las primeras en la historia que pensaron cómo mejorar el espacio de la cocina. Sin cuestionar ese rol que aún se les asignaba, fueron ellas las que buscaron hacer cocinas más amplias, más integradas al resto de la casa y cocinas más eficientes, al igual que los lavaderos. En la historia los trabajos relacionados a lo femenino siempre estuvieron invisibilizados y eso también se notaba en la disposición de las casas: cocinas chicas, lavaderos ocultos, etcétera. Esa primera discusión se dio en medio de la lucha por la cuestión política del momento que era el sufragio femenino y su salida de las labores en ámbitos privados como el hogar a los ámbitos públicos.
ZAIDA MUXÍ. Habló del aporte de las mujeres en la historia de la arquitectura y el urbanismo (Gentileza Ciscsa).
Estas mujeres también hay planteos en cuanto al uso compartido de algunos espacios de acuerdo a las características de la comunidad en la que vivan: por ejemplo, salas de estudios compartidas si en la comunidad hay niños en edad escolar, espacios de esparcimiento o fiesta, o para hacer gimnasia: es decir, espacios que sean un “plus” a la vida diaria pero que puedan ser compartidos en el barrio.
-¿Cuál es el principal cuestionamiento que se le hace al transporte desde la perspectiva feminista?
-Muxí: En general, en las distintas ciudades del mundo, cuando se ha planeado el transporte público se lo hizo teniendo en cuenta grandes movimientos de punto a punto y que además tienen mayores frecuencias en horarios pico (8.30-9) y que luego merman la frecuencia porque se considera que todas las personas “ya se han movido”.
Lo que se tuvo en cuenta es sólo la movilidad masculina que es de un punto a otro (trabajo a casa y viceversa) y no la movilidad femenina que tiene multiplicidad de trayectos entre la casa y el trabajo: generalmente en el medio hacen una parada para pasar por algún mercado, llevan los chicos a la escuela o pasan por la farmacia y no lo usan solamente en horarios pico.
La mejor manera de hacer la planificación sería hacer distancias cortas y de a pie, pero hay ciudades que no te lo permiten y allí se dificulta mucho el poder tener una vida completa en el mundo de la producción y en el mundo de la familia.
-¿Qué aspecto te parece más importante a resolver en las ciudades de Argentina?
-Muxí: Creo que hace falta una rehabilitación o “completamiento” de los barrios. Acá hay una gran desigualdad territorial, muy importante. Entonces es necesario recuperar la mixticidad y actividad del barrio mixto que teníamos hace 40-50 años: barrios complejos con diversidad de actividades, de viviendas, etcétera.
Por otro lado, creo que las ciudades deberían dejar de crecer en los extrarradios y no me refiero a los autoproducidos sino a los countries y barrios cerrados porque son modelos que en Estados unidos ya están cuestionados por su lejanía de los servicios de calidad.
Ese modelo del suburbio americano que es desde donde copiamos el “barrio cerrado” ya está en cuestionamiento y de a poco se van estableciendo políticas públicas para transformar esos suburbios de casita aislada en algo que tenga una complejidad y densidad urbana.
-¿Cuáles son los desafíos urbanísticos que se plantean en Córdoba desde la perspectiva de género?
-Falú: Hay un tema central que atraviesa a las mujeres de la sociedad cordobesa y que está colocado en el espacio público que son las violencias que allí se dan: esto demanda de un compromiso político muy fuerte, de una asignación importante de recursos para seguir avanzando. Hay medidas que se están tomando desde la provincia como por ejemplo la creación del Polo Integral de la Mujer pero necesitamos profundizarlas. El municipio también debe comprometerse con esta política y debería tener una fuerte secretaría de género que trabaje no sólo en temas de los espacios públicos, sus calidades, equipamientos en clave de mujeres y de otras identidades sexuales porque no creemos en un mundo binario.
ANA FALÚ. Organizó el seminario sobre mujeres y territorios. Habló con La Voz sobre las necesidades que tiene la ciudad de Córdoba (Gentileza Ciscsa).
Necesitamos también una política que tenga en cuenta en la movilidad de las mujeres en el transporte público. No es difícil estudiarlo, sólo se necesita voluntad política: a partir del boleto electrónico se puede saber con muy poquita decisión cómo se mueven distinto hombres que mujeres.
Y el otro tema central es la accesibilidad. Aún pesa sobre las mujeres la división sexual del trabajo y su fuerte correlación con las tareas de cuidado. En este sentido se necesita más proximidad a los servicios y equipamientos urbanos, a los centros de salud, a las escuelas. Por ejemplo tener buenos centros de cuidado infantil (sobre todo de la primera infancia, de 0 a 5 años) con una amplitud de horarios que le permita a la madre ir a trabajar y con un servicio de cuidado que monitoreado por el o los municipios.
Tenemos que hacer nuevos pactos entre hombres y mujeres en cuanto a la división de tareas y roles pero esto toma tiempo y hasta que eso se produzca, necesitamos de políticas públicas que colaboren.
Texto original en: https://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/como-son-ciudades-imaginadas-por-mujeres