Mensaje de la Presidencia de HIC en el Día Mundial del Hábitat

Mensaje de la Presidencia de HIC en el Día Mundial del Hábitat

Involucrar a los y las jóvenes en la realización de su derecho humano a la vivienda y a la tierra a través de la Producción Social del Hábitat

Este Día Mundial del Hábitat, ONU Hábitat nos invita a reflexionar sobre el papel de la juventud en la “creación de un futuro urbano mejor”. Ante la actual crisis mundial de la vivienda, es evidente que tanto los jóvenes de hoy como las generaciones venideras tienen más dificultades para encontrar opciones de vivienda asequible y adecuada que las generaciones anteriores. Hacer frente a este reto requiere no sólo un fuerte compromiso público con la vivienda como bien social, sino también que la acción pública se centre en modelos que garanticen el Derecho Humano a una Vivienda Adecuada para todos.

La Coalición Internacional del Hábitat (HIC), basándose en sus experiencias previas y en las lecciones aprendidas de sus Miembros en todo el mundo, ha estado promoviendo la realización del Derecho Humano a una Vivienda Adecuada a través de la Producción Social del Hábitat. En una era de creciente conservadurismo, disparidad y segregación, el cumplimiento de derechos básicos como la vivienda debe basarse en procesos que garanticen el acceso equitativo y sostenible a la tierra, su uso y control democrático, y que apliquen principios democráticos a través de la agencia popular.

El derecho a una vivienda adecuada está inextricablemente ligado al derecho humano a la tierra. Las personas más pobres del mundo tienen cada vez más dificultades para acceder a la tierra, utilizarla y controlarla democráticamente para vivir y trabajar. Cuando los movimientos sociales ocupan tierras bien situadas, a menudo son criminalizados. Los habitantes de asentamientos informales intentan defender sus derechos a la tierra que ocupan legítimamente, normalmente por pura necesidad humana. Las oligarquías económicas interpretan la ley según la lógica del mercado inmobiliario, y los barrios populares se consideran ilegales. Los habitantes de los asentamientos son estigmatizados como usurpadores y, por tanto, criminalizados, aunque su defensa gira en torno a la protección de su derecho humano a la vivienda, que construyen con sus propios medios creando nuevos barrios y comunidades.

HIC se une a las comunidades de todo el mundo en este Día Mundial del Hábitat en la defensa y el cumplimiento de sus derechos humanos a la vivienda y a la tierra a través de las iniciativas, prácticas y estrategias ampliamente entendidas bajo el paraguas de la Producción Social del Hábitat. HIC y sus aliados globales están convencidos del poder transformador de estos procesos liderados por la comunidad para producir soluciones de vivienda asequibles, sostenibles y gestionadas democráticamente. En el mundo en desarrollo, este modo de producción supera la producción de los sectores público y privado combinados, pero a menudo se omite en el PIB y otras métricas económicas.

Con las herramientas jurídicas, normativas, financieras y políticas adecuadas, estas experiencias podrían representar un modelo viable para superar la crisis mundial de la vivienda con respuestas dirigidas por las comunidades y adaptadas a los contextos y realidades locales que defiendan los principios democráticos frente a la especulación y la mercantilización. Además, estas medidas preventivas y correctoras podrían tener un impacto significativo tanto incorporando un enfoque interseccional que persiga revertir los patrones discriminatorios de la vivienda, desfavoreciendo a las mujeres con hijos en los hogares más pobres, como cuidando el planeta como nuestra “gran casa” que incluye a las personas desde una perspectiva de justicia social y climática.

La Producción Social de la Vivienda y el Hábitat permite múltiples opciones que van desde la mejora, ampliación y consolidación de viviendas; la construcción de nuevas viviendas, en curso o terminadas; la vivienda colectiva y cooperativa; la mejora de barrios y asentamientos rurales; y la producción y gestión democrática de grandes complejos urbanos y comunidades rurales.

La producción social de la vivienda y de los espacios residenciales, recreativos, productivos y de servicios que la rodean refleja la identidad de los habitantes y, en los casos más organizados, les lleva a seguir comprometidos con la gestión comunitaria convivencial, solidaria y abierta de sus lugares. También aporta claros beneficios en términos de sostenibilidad (por ejemplo, mediante el uso de materiales locales), acceso al suelo y activación de la economía local y el desarrollo de actividades económicas en el marco de la vivienda.

Acciones de apoyo a la producción social del hábitat

HIC y sus socios globales proponen las siguientes medidas como facilitadoras para apoyar la Producción Social del Hábitat:

  • (A) Medidas para garantizar la seguridad de tenencia de los habitantes, detener, prevenir y perseguir los desalojos forzosos, y poner fin a la criminalización de los movimientos populares que luchan por su derecho humano a una vivienda adecuada;
  • (B) Garantizar el acceso y el control democrático de la tierra para proyectos dirigidos por la comunidad y viviendas populares;
  • (C) Garantizar los medios políticos y económicos/financieros (incluido el suelo) para apoyar y ampliar las iniciativas de PSH; por ejemplo, mediante programas de mejora de barrios, la inclusión de viviendas autogestionadas y cooperativas en los planes y programas nacionales de vivienda, la prestación de apoyo técnico y financiero para la construcción dirigida por la comunidad, entre otros;
  • (D) Co-desarrollar políticas y programas a través de canales de participación sustantiva y co-gestión junto con los habitantes, y desde una perspectiva interseccional, estimulando la formación, capacitación, consulta diálogo en el desarrollo de programas y políticas, así como potenciando las prácticas de autogestión e incorporando los conocimientos y propuestas de la población.

El Presidente y Vicepresidente de HIC desean a sus Miembros y a las comunidades que representan alrededor del mundo un Día Mundial del Hábitat fructífero y reflexivo que conduzca a acciones que hagan realidad el derecho humano a una vivienda adecuada para todos.